Puede parecer que secarse las manos es una actividad que no tiene mucha importancia desde el punto de vista de la seguridad e higiene. ¿Lo más importante es lavarse bien las manos, verdad? Sin embargo, resulta que no necesariamente. Secarlas de manera incompleta o incorrecta puede contribuir a la recontaminación de la piel con peligrosos microorganismos. Este tema es especialmente importante en lugares donde luego podemos tocar alimentos o bebidas con las manos, como restaurantes, clubes y otros establecimientos gastronómicos.
Secarse las manos de manera segura en un baño público requiere recordar algunas cosas básicas. En primer lugar, es necesario ser mucho más cuidadoso que en condiciones domésticas. ¿Por qué? La razón principal es, por supuesto, el hecho de que en el baño de casa hay principalmente bacterias y virus que ya están presentes en nuestra piel. Esto prácticamente elimina el riesgo de infectarse con nuevos microorganismos que pueden resultar potencialmente patógenos (excepto, por supuesto, aquellos que son inofensivos solo cuando se encuentran en los intestinos, sin contacto con otras partes del cuerpo).
En un baño público, muchas personas que son portadoras de diferentes bacterias y virus lo utilizan. La infección ocurre con mayor frecuencia cuando diferentes superficies y elementos son tocados sucesivamente por diferentes usuarios.
El secado seguro de manos, al igual que su lavado y desinfección, implica la necesidad de eliminar el contacto con las mismas superficies que otras personas. En la práctica, siempre que sea posible, se debe utilizar solo dispositivos sin contacto como secadores de manos o dispensadores de toallas. También se debe evitar situaciones en las que se utilicen toallas proporcionadas por otra persona.
La base de la seguridad también es un secado de manos adecuado. Se debe evitar situaciones en las que se limite a secarlas con la ropa o se utilice el secador solo durante unos segundos.
También es importante mencionar la importancia de un secado de manos adecuado e higiénico. Aunque el lavado reduce significativamente la cantidad de microorganismos en la piel, no los elimina por completo. El jabón no es un medio para esterilizar superficies.
Las bacterias que quedan en las manos, al no secarse adecuadamente, encuentran condiciones ideales para sobrevivir. El ambiente cálido y húmedo favorece su reproducción, lo que combinado con el contacto con diferentes superficies facilita su colonización en otros lugares y su transmisión a otras personas. Esto ha sido confirmado por estudios que muestran que uno de los lugares con mayor cantidad de bacterias en el baño son las áreas húmedas y cálidas alrededor del lavabo.
También se ha demostrado que secarse correctamente las manos puede reducir hasta en un 99% la cantidad de bacterias transferidas de las manos a objetos, alimentos y la piel de otras personas. Estos resultados fueron publicados en la Universidad de Cambridge en 1997 y en el periódico British Journal of Anesthesia en 2001.
Esto significa que las personas que no se secan adecuadamente las manos o incluso omiten completamente esta acción, cometen un gran error en términos de seguridad e higiene. Las manos húmedas no solo favorecen la transferencia de bacterias de la piel a los objetos, sino también en sentido contrario. Basta con imaginar una situación en la que, al salir del baño, se toca la manija con las manos húmedas y luego se procede a comer bocadillos o platos tradicionalmente consumidos con las manos, como sushi o pizza.
Uno de los dilemas más comunes y objeto de discusión es cuál de las soluciones disponibles en el mercado es la más higiénica: ¿un secador de manos sin contacto o un dispensador de papel?
En el caso de las toallas de papel desechables, una gran ventaja no solo es la posibilidad de secar la piel de manera rápida y precisa, sino también la eliminación adicional y mecánica de posibles manchas y bacterias. Sus defensores también señalan la versatilidad de esta solución: con ellas se pueden eliminar algunas manchas, que son un problema bastante común para los clientes de establecimientos gastronómicos.
Sin embargo, para que sea una opción realmente higiénica, deben cumplirse algunas condiciones. En primer lugar, los dispensadores de papel deben ser realmente herméticos para asegurarse de que no entren microorganismos en su interior. También es necesario cuidar su limpieza, no solo en el exterior, sino también en el interior, donde son tocados por los empleados que reponen el papel.
El uso de dispensadores de toallas de mano también conlleva un mayor riesgo de desorden: los trozos de toallas mojadas y sucias esparcidos no solo son antiestéticos, sino que también pueden ser un caldo de cultivo adicional para bacterias. Esto significa que el personal debe controlar con mayor frecuencia su estado y el orden en el baño.
Para que los dispensadores de papel sean realmente higiénicos, deben ser completamente sin contacto. Estos dispositivos cuentan con mecanismos especiales que dispensan la cantidad adecuada de papel, al mismo tiempo que protegen contra la extracción descontrolada de exceso. Este tipo de dispensadores promueven el mantenimiento del orden y reducen la producción de residuos.
Los secadores de manos automáticos equipados con sensores de movimiento no generan residuos. Sin embargo, su desventaja es el ruido, que puede desanimar a algunas personas a utilizar estos dispositivos. Además, el sonido del secador puede ser audible en el comedor, interrumpiendo la atmósfera del lugar.
Esto se puede evitar instalando uno de los modelos modernos de secadores que funcionan de manera relativamente silenciosa. Actualmente, en el mercado hay modelos que generan sonidos con una intensidad similar a una conversación normal. Esto no solo significa que su uso es más cómodo, sino que tampoco molesta a los demás huéspedes.
Los oponentes de los secadores argumentan que el fuerte flujo de aire caliente hace que las bacterias sean "sopladas" de las manos y luego se propaguen a superficies cercanas. Una solución a este problema pueden ser los modernos secadores de manos de bolsillo, en los que el aire no se expulsa inmediatamente al exterior, sino que primero pasa por filtros HEPA. Son completamente sin contacto, lo que garantiza un secado realmente higiénico y al mismo tiempo purifica el aire.
Sin embargo, las ventajas de los secadores no significan que los dispensadores de toallas de mano no tengan lugar en los baños de restaurantes o clubes. Al contrario, es importante ofrecer a los huéspedes opciones y también una protección adicional en caso de que sea necesario eliminar una mancha u otra situación de emergencia.
Existen diferentes métodos para secar las manos. Algunos tienen la reputación de ser más higiénicos que otros. Sin estudios especializados, es difícil determinar si es mejor usar un secador o toallas de papel. Sin embargo, se pueden seguir algunas pautas para que todo el proceso sea lo más seguro posible en determinadas condiciones.
Es importante destacar que el cuidado de secar las manos de manera segura comienza desde el momento en que se ingresa al baño. Evitar tocar manijas, grifos u otros elementos con las manos desnudas puede ser útil para limitar la cantidad de microorganismos que se encuentran en la piel y que luego deberán ser eliminados. Para ello, se pueden utilizar guantes desechables, aunque una opción mucho más ecológica es envolver los dedos o las manos con pañuelos higiénicos o trozos de papel higiénico.
Por supuesto, el secado higiénico no es posible sin seguir estrictamente las reglas de lavado y desinfección de manos. El tiempo adecuado de lavado y la minuciosa distribución del jabón son fundamentales. También es importante recordar utilizar agua tibia, que enjuaga las bacterias de manera más efectiva y facilita la distribución del jabón.
Si tenemos que elegir entre dos métodos de secado de manos, es mejor optar por aquel que no requiera tocar ningún elemento del baño. Por ejemplo, secadores de manos de pared sin contacto siempre serán una mejor opción que un dispensador de toallas de papel con una construcción que pueda obligar a tocar todo el rollo o un botón, por ejemplo.
Sin embargo, no siempre es posible. En estas situaciones, el uso de un desinfectante recomendado en espacios públicos se vuelve absolutamente necesario. También en este caso, es importante asegurarse de que el dispensador proporcionado sea sin contacto. De lo contrario, es mejor usar su propio líquido o gel, cuyo envase de bolsillo es conveniente tener siempre a mano.
El lavado y desinfección de manos es un tema que ha llamado la atención del público en general a una escala sin precedentes durante la pandemia de COVID-19. Solo entonces se hizo evidente lo difícil que puede ser mantener la higiene en lugares públicos. Resultó ser un problema incluso en aquellos lugares donde es especialmente importante. Estar en un restaurante, bar, club o cafetería implica consumir alimentos. La imposibilidad de mantener la limpieza al más alto nivel puede ser la causa de muchas enfermedades graves, no solo aquellas transmitidas entre personas, sino también aquellas causadas por la transferencia de bacterias propias a lugares donde no deberían estar. Tanto el lavado adecuado como el secado higiénico de manos ayudan a prevenir esto de manera efectiva, haciendo que las visitas a estos lugares sean mucho más seguras y agradables.